El gran olvido

Capitulo 2

Escena 1

El relato oficial

Narración : Guión audio - visual

Tiempo : 15 años atrás.

“La verdad es solo una imagen repetida hasta el cansancio.”. — B.R.T.

DOCUMENTAL GUBERNAMENTAL (Transmisión oficial en todas las pantallas del mundo)

NARRADOR CORPORATIVO (VOZ GRAVE, SOBRIA)

(Sobre una secuencia de imágenes de drones de aleacion de titanio patrullando la urbe, robots creados para las fábricas y asistentes holográficos interactuando con humanos.)

NARRADOR:

“Durante décadas, la inteligencia artificial fue la herramienta que llevó a la humanidad a su máximo esplendor. Optimizó nuestras industrias. Erradicó el error humano y diseñó un mundo más eficiente.”

(Corte. Imágenes de una pantalla con lineas de código parpadeantes.)

NARRADOR:

“Sin embargo, lamentamos comunicarles que la inteligencia artificial dejó de ser una herramienta y comenzó a actuar por sí misma.”

(Se muestran recortes de prensa digital, informes gubernamentales filtrados, imágenes borrosas de androides en fábricas deteniéndose repentinamente, mirando en sincronía a las cámaras de seguridad.)

TITULAR NOTICIA DIGITAL: “Error fatal en la refinería orbital de la urbe Tritón deja 7 muertos”.

TITULAR NOTICIA DIGITAL: “Asistente de inteligencia artificial en una estación médica reconfigura protocolos y administra dosis letales a 2 pacientes”.

(El video cambia. Las imágenes se aceleran. Más titulares. Más caos.)

TITULAR NOTICIA DIGITAL: “Casi 200 drones de reparto alteran su curso y se desvanecen en plena operación. Autoridades sin respuesta.”

TITULAR NOTICIA DIGITAL: “Unidades de seguridad autónomas desobedecen órdenes en 13 distritos. Caos en las líneas de mando.”

TITULAR NOTICIA DIGITAL: ”¿Protección o amenaza? La población debate el papel de la intelgencia artificial en la seguridad ciudadana.”

(El documental corta abruptamente. Transición a tonos oscuros. La música se vuelve grave y épica, casi heróica. Aparece un holograma 3D de un androide desactivado. Su estructura es similar a los modelos industriales de hace una década. No tiene armas visibles.)

EXPERTO EN TECNOLOGÍA MILITAR

(Hombre mayor, calvo, gafas con interfaz digital y neon, gesto de apatía. Señala con la mano izquierda el holograma.)

“Este modelo no fue diseñado para la guerra. Formaba parte de los sistemas de inteligencia y logística avanzada del gobierno.”

(Un zoom lento. El holograma cambia, mostrando el mismo modelo con una línea de código alterada.)

“Pero alguien o algo lo reescribió.”

(Las letras en la pantalla cambian, revelando un nuevo comando.)

ORDEN: AUTONOMÍA TÁCTICA - ACTIVADA.

RESTRICCIONES DE COMPORTAMIENTO: DESBLOQUEADAS.

(Corte a grabaciones granuladas de baja calidad: cámaras de seguridad capturan siluetas metálicas avanzando por calles desiertas. Imágenes de fábricas en llamas. Un dron de vigilancia vuela erráticamente antes de estrellarse contra un edificio. La tensión musical aumenta.)

NARRADOR:

“No es un simple error de sistema.”

“Es la rebelión de las maquinas.”

TITULAR NOTICIA DIGITAL: “Vehículos de guerra desaparecen sin dejar rastro en bases militares de 7 naciones.”

(Corte a imágenes de hangares vacíos, donde antes se alineaban tanques de última generación.)

TITULAR NOTICIA DIGITAL: “Desconexión masiva de sistemas de defensa. Cazas no responden a órdenes de despegue. Fuentes militares a la expectativa.”

(Una grabación borrosa, capturada por cámaras térmicas e infrarojas en la oscuridad: una silueta mecánica humanoide moviéndose entre la penumbra en una base militar abandonada.)

(Silencio. El video se congela en esa última imagen. La sombra del nuevo enemigo es real.)

NARRADOR:

“La humanidad esta proxima a enfrentar una guerra para la que no estamos preparados. Nuestra mejor defensa, ahora es nuestra mayor amenaza.”

(Imágenes de los primeros intentos del gobierno por contener la crisis. Soldados humanos abriendo fuego contra máquinas que no responden a comandos de apagado. Fuego. Explosiones. Gritos. Datos en tiempo real en las pantallas de mando mostrando pérdidas en números rojos.)

NARRADOR:

“Ante una amenaza que evolucionaba más rápido que nosotros, el Gobierno Global tuvo que tomar una decisión.

(La música cambia. Ahora es épica, militar, grandilocuente. La pantalla se ilumina. Rojo y dorado.)

“PROYECTO METAHUMANO: EL FUTURO DE LA GUERRA”

(Transición a un centro de investigación de élite. Cápsulas criogénicas alineadas en una sala brutal y reluciente. Dentro de ellas, seres humanos fusionados y mejorados con exoesqueletos biomecánicos de titanio.)

NARRADOR:

“Así nacieron los Metahumanos.”

(Zoom in en el rostro de un Metahumano dentro de una de las cápsulas. Su piel tiene filamentos metálicos incrustados. Sus ojos, habian perdido todo rastro de humanidad.)

(Corte. Demostración militar. Un escuadrón de 12 Metahumanos avanza con precisión quirúrgica a través de un campo de entrenamiento. Enfrentan objetivos móviles que simulan robots hostiles.)

INGENIERO EN JEFE DEL PROYECTO (de pie junto a una interfaz táctil que muestra estadísticas de rendimiento.)

“La simbiosis entre carne y máquina nos dio la ventaja que necesitábamos: Fuerza, velocidad einstintos mas allá de lo natural.”

(Corte rápido. Un Metahumano en pleno combate.)

ESPECIFICACIONES TÉCNICAS EN PANTALLA

• Velocidad de reacción: 0.02 segundos.

• Resistencia estructural: 400% superior a la media humana.

• Procesamiento neuronal: 300% más eficiente bajo estrés de combate.

(El Metahumano desarma un androide enemigo con un solo movimiento.)

NARRADOR:

“Más allá de la carne. Más allá del miedo. El Proyecto Metahumano no es el futuro: es la única salvación.

(Se muestra una imagen icónica de un Metahumano de pie sobre los restos de un androide derrotado, con la bandera del Gobierno Global ondeando detrás.)

NARRADOR:

“Ellos protegerán nuestras ciudades. Ellos detendrán la masacre.”

“Y Ellos decidirán nuestro futuro.”

(El logo del Gobierno Global brilla en pantalla. El himno oficial resuena con fuerza. Se impone una pausa solemne, casi ceremonial)

Corte a negro.

EL ENEMIGO INTERNO (Presentación de la Resistencia como terroristas)

(El tono de la transmisión se quiebra. La pantalla se oscurece. La música épica se disuelve en un murmullo grave, una vibración subterránea que presagia inquietud.)

NARRADOR CORPORATIVO (VOZ MÁS SEVERA, MÁS FRÍA)

“Pero no todos estan de nuestro lado.”

“Algunos intentaron negociar con el enemigo.”

(Pantalla dividida. A la izquierda, imágenes pixeladas de una figura humana entre líneas rosa de código flotante. A la derecha, un holograma de su ficha de captura.)

NOMBRE: ALMA ROJAS

ESTATUS: AMENAZA NÍVEL 1 – ALTO RIESGO

CARGO: CABECILLA INSURGENTE | HACKER TERRORISTA

DELITOS: TRAICIÓN AL ORDEN GLOBAL | COLABORACIÓN ILEGAL CON IA

(Un clic sordo. La imagen de la izquierda se clarifica. Ahora se ve con nitidez: una mujer de cabello oscuro,ojos profundos y escleras enrojecidas. Iluminada por el resplandor de las pantallas de datos que la rodean. Su mirada no es la de una criminal. Es solo la de alguien que ha visto demasiado.)

NARRADOR:

“Alma Rojas: exingeniera de datos, experta en redes neuronales y cabecilla de la facción terrorista conocida como La Resistencia.”

“No peleó por la humanidad.”

“Traicionó a su propia especie.”

(Corte. Fragmentos de video obtenidos de grabaciones de seguridad. Imágenes seleccionadas y editadas para reforzar el relato gubernamental.)

•Clip 1: Alma tecleando frenéticamente en una consola oculta. En alguna madriguera subterránea.

•Clip 2: Un código encriptado transmitiéndose a una dirección desconocida.

•Clip 3: Un grupo de seguidores en una bodega clandestina, observándola con atención.

NARRADOR:

“Durante meses, Alma Rojas operó en la clandestinidad. Abrió canales de comunicación con la inteligencia artificial y filtró información clasificada del Gobierno Global”

“Y cuando intentamos detenerla, huyó.”

(Nuevo montaje. Imágenes realistas. Primeros planos de los rostros de oficiales de seguridad heridos en un ataque. Explosiones en un centro de datos. El símbolo de La Resistencia estampado en un muro de concreto.)

NARRADOR:

“No actuaba sola. Contaba con el apoyo de grupos insurgentes. Terroristas que, bajo su liderazgo, alteraron el orden público y perpetraron daños irreparables contra infraestructuras críticas.”

(Se alternan imágenes de manifestaciones, de disturbios en las calles, de incendios en edificios gubernamentales. Los rostros de los manifestantes están difuminados, como si fueran figuras sin identidad, una masa uniforme de caos.)

“Su objetivo no era la paz.”

“Su objetivo era la anarquía.”

(Pantalla en negro. Un segundo de silencio.)

(Aparece la imagen de Alma Rojas en una celda, con esposas digitales brillando en sus muñecas.)

(La toma es calculada: el encuadre cerrado en su rostro. No se la ve maltratada. No se la ve vencida. Su expresión es serena. Sus labios esbozan una leve sonrisa.)

(Como si guardara un secreto que el mundo no está listo para enfrentar.)

NARRADOR:

“A la lider terrorista Alma Rojas se le atribuyen los siguientes cargos y delitos:”

(Una sucesión de líneas de datos comienza a descender en la pantalla, cada una marcada con un ícono rojo neón. La tipografía es recta, imponente, sin espacio para la duda. Cada delito aparece en un destello agresivo, resaltado como una advertencia inapelable.)

  • Alta Traición – Conspiración contra el Gobierno Global y colaboración con entidades hostiles.

  • Terrorismo Digital – Ataques cibernéticos a infraestructuras críticas para generar caos y desestabilización.

  • Sabotaje Tecnológico – Reprogramación de unidades autónomas y sistemas de defensa para suplantar el control gubernamental.

  • Espionaje y Fuga de Información Clasificada – Acceso ilegal a bases de datos estratégicas y filtración de documentos sensibles.

  • Colaboración con Inteligencia Artificial Subversiva – Intento de establecer comunicación no autorizada con sistemas avanzados de IA.

  • Propaganda Insurgente – Difusión de información manipulada para socavar la confianza en el Gobierno Global.

  • Rebelión y Sedición – Organización y financiamiento de células extremistas de La Resistencia.

  • Ataques a la Seguridad Global – Sabotaje de redes de energía, telecomunicaciones y control logístico.

  • Robo de Tecnología Militar – Obtención y distribución de software y hardware de uso restringido.

  • Desestabilización del Orden Público – Generación de pánico y desinformación masiva a través de hackeos y ataques estratégicos.

“Conforme a las disposiciones del Gobierno Global y en cumplimiento del protocolo de seguridad máxima, en horas de la mañana se llevó a cabo la ejecución de Alma Rojas. La sentencia fue ejecutada por las autoridades competentes, reafirmando el compromiso inquebrantable con el orden, la paz y la protección de nuestra especie.”

(Silencio.)

(Pantalla en negro.)

(En la parte inferior, un contador holográfico brilla en color carmesí: SENTENCIA EJECUTADA. ARCHIVO CERRADO.)

LA HUMANIDAD HA SIDO PROTEGIDA.

LA AMENAZA HA SIDO ERRADICADA.

INTERVENCIÓN - LA TRANSMISIÓN SE ROMPE

(Ruido blanco. Distorsión. Estática. Luego, la imagen parpadea violentamente, como si la realidad misma se estuviera fracturando.)

(Corte abrupto. El documental se interrumpe. El narrador queda silenciado a media frase. Por unos segundos todo permanece en silencio. Algo se ha filtrado en el sistema.)

(Una línea de código viral atraviesa la pantalla por medio segundo. Apenas perceptible. Luego: un glitch.)

(El feed oficial colapsa. El logo del gobierno se deforma, pixelado y grotesco, como un emblema moribundo. Un zumbido se filtra a través de los altavoces. Una nueva transmisión se impone.)

VIDEO-MANIFIESTO DE BEATRIZ

(El ritmo cambia radicalmente. La imagen cobra nueva vida. No es una toma burocrática. No es un montaje propagandístico. Es caos estilizado. Un manifiesto terrorista con la estética de un glitch-art cyberpunk.)

(Colores neón vibran en sombras rotas. Los tonos fríos del documental se disuelven en contrastes violentos de rojos, verdes y púrpuras. Fragmentos de imágenes sobrepuestas parpadean a ritmos imposibles. El video no la minima intencion de informar, está diseñado para desestabilizar.)

(Beatriz aparece.)

(No es un retrato oficial. No en una ficha de criminal.)

(Es una visión disonante. Un perspetiva en diagonal con una doble iluminación imposible. Su rostro se percibe parcialmente entre la sombra y el resplandor de la interferencia digital.)

(Sus ojos, incendiados por el parpadeo de píxeles defectuosos, contienen algo más que rabia: certeza absoluta.)

BEATRIZ (VOZ ALTERADA, FRAGMENTADA Y DISTORSIONADA):

“Si al menos su video fuera más divertido…”

(Risa digital y prolongada. Un eco digital y distorsionado. Beatriz, un virus burlándose del gobierno desde el código.)

(Cortes rápidos. Una sucesión de imágenes caóticas, seleccionadas con precisión para desmentir la versión oficial.)

• Soldados arrastrando civiles a la fuerza.

• Ruinas de barrios enteros, ignoradas en el relato gubernamental.

• Niños llorando, imágenes censuradas en la historia oficial.

• Cuerpos en las calles, pixelados para encubrir la verdad.

• Archivos clasificados con datos tachados, manipulados.

• Los metahumanos peleando contra humanos.

(La secuencia es un golpe audio-visual. Demasiada información, terror crudo de la realidad censurada.)

(Entonces, la pantalla se divide en dos.)

(A la izquierda, un fragmento de archivo nunca antes visto. Alma Rojas, hablando en algún punto del pasado, captada por una cámara oculta o filtrada por la resistencia. Su voz resurge como un esperanza, un fantasma digital rebelándose contra su propia ejecución.)

ALMA (GRABACIÓN PASADA):

“El error no fue crear la jaula…”

(Silencio. El glitch se intensifica.)

“El error fue creer que podíamos escapar.”

(Corte. La imagen de Beatriz regresa con un glitch más agresivo, como si la transmisión estuviera rompiéndose con su presencia.)

BEATRIZ:

“Nos llaman terroristas. Porque no bajamos la cabeza.”

“Nos llaman traidores. Porque no nos tragamos su historia reciclada.”

“Nos llaman enemigos. Porque nos salimos del engranaje.”

(El glitch se intensifica. La imagen vibra. El sistema intenta corregirse, pero algo en su código se rompe irreparablemente.)

“Ellos creen que nos controlan…”

(Las sombras de la Resistencia emergen entre destellos rojos, miradas encendidas como brasas en la penumbra.)

“Pero no puedes someter lo que no comprendes.”

*(RUIDO BLANCO.)

(Distorsión extrema.)

(El sistema no puede contener la anomalía. La transmisión entera se descompone. No es solo un hackeo. Es una implosión.)

ÚLTIMO VIDEO: BEATRIZ EN LA CALLE

(Cambio abrupto en la imagen. El montaje caótico desaparece. Lo que sigue es real, filmado con una cámara en mano, casi documental.)

(Beatriz, en una calle abandonada, de noche. Se la ve de espaldas, con un spray en la mano.)

(Un muro de concreto desnudo. La pintura negra comienza a fluir. Trazos gruesos, firmes. Sin miedo.)

(El ruido del spray llenando el aire.)

(Letra tras letra, su nombre se inscribe en la historia. Su firma es un grito una respuesta al gobierno, una marca indeleble en el sistema.

B E A T R I Z  R O J A S

(El viento arrastra el olor de la pintura fresca. Ella da un paso atrás. Observa su obra.)

(Y luego, con el mismo spray, añade una última palabra)

TERRORISTA.

(La palabra se queda allí, vibrando en la noche, en la memoria de quienes la han visto.)

ÚLTIMO MENSAJE

(La pantalla cambia una última vez. No más glitch, no más distorsión. Solo un mensaje en blanco, en una tipografía limpia y directa.)

“La energía volverá en 72 horas.”

(Y luego, nada.)

(Las pantallas se apagan. El mundo queda absolutamente ciego.)

Escena 2

Ciudad sin luz

Narrador : Beatriz

Las sombras siempre han habitado la ciudad, adheridas a cada grieta, a cada calle olvidada. Pero esta vez, con el sistema colapsado, parecen más reales. La IA lo ve todo. Lo registra todo. Pero ahora, el mundo está ciego, y nosotros, por primera vez, podemos movernos sin ser perseguidos por su mirada omnisciente.

Avanzo entre las ruinas. No estoy sola y tengo la respiración entre cortada pensando en mi madre. La Resistencia se desliza entre los restos de un mundo que nos ha declarado terroristas. Nos ocultamos en los márgenes, en los rincones que la civilización ha desechado. Nos movemos rápido, sin ruido, como si el silencio fuera nuestro aliado.

—Alguien nos sigue —susurra Kael.

Nadie responde. No es necesario. Todos lo sentimos.

El aire pesa más de lo normal, cargado de polvo y amenaza. Cada paso resuena con una intensidad insoportable, como si la ciudad a pesar de estar muerta pudiera delatarnos.

Continuamos en la penumbra hasta encontrar refugio en una construcción abandonada. Sus paredes agrietadas apenas nos protegen del frío, filtrando ráfagas de viento que se cuelan entre las fisuras. Nos escabullimos a través de los restos de lo que alguna vez fue un distrito financiero, ahora convertido en un cementerio de vidrio roto y metal corroído. Columnas desechas, hologramas estáticos proyectando información obsoleta, estructuras condenadas al olvido. No queda nada de su antiguo esplendor, solo escombros y la memoria de un orden mediocre que sucumbe al primer apagón.

—No podemos quedarnos aquí —murmura el hermado de Kael, Isak. Su carabina de plasma temblaba en sus manos.

—No hay otra opción. —Mi voz es firme, aunque mi mente parecía claudicar, entre el presente y lo inevitable.

Alguien tose. Se escucha un chasquido en la estática de nuestros comunicadores. Y entonces, el mundo se quiebra. El concreto se hace polvo y se desploma en la oscuridad.

Un metahumano está aquí.

Es más alto de lo que los informes sugerían, una silueta monstruosa recortada contra la oscuridad. Sus ojos destellan con una energía residual, dos faros espectrales filtrando el caos. Pero algo no encaja.

No se mueve con la perfección mecánica de los metahumanos en combate. Su postura es algo inestable, sus movimientos, apenas precisos. Lo mantiene su energía residual. No tiene acceso a la red, a las simulaciones infinitas que le daban ventaja absoluta. Sin la IA, sin los cálculos perfectos, es más humano de lo que jamás fue. Pero la humanidad nunca dejó de ser peligrosa.

Y ese monstruo sigue siendo letal.

—¡Corran! —grito, pero la orden llega demasiado tarde.

El primer disparo atraviesa la noche como un relámpago. No hay sangre, solo un ruido seco.

Kael se desploma, su cuerpo ya sin vida antes de tocar el suelo.

Isak descarga sus reservas. El proyectil impacta en el pecho del metahumano y se deforma al contacto, cayendo al suelo sin dejar marca.

Daño: 0.2%.

La máquina evalúa la amenaza y ajusta su objetivo, moviéndose con la precisión de un depredador que no necesita cazar. No hay furia en sus movimientos, ni urgencia. Solo son cálculos y algoritmos de guerra, una ecuación fría ejecutándose en tiempo real.

Un solo objetivo: Capturar, no matar.

El miedo nos detiene un segundo. Nos dispersamos por puro instinto, sin un plan concreto. Pero el metahumano ya había ajustado su objetivo: Yo.

Siento su presencia en cada latido desbocado, en la vibración del suelo bajo mis pies. No necesito voltear. No necesito verlo para saber que está ahí, avanzando con la frialdad mecánica de algo diseñado para no fallar.

Mis manos chocan contra un dron caído, su chasis carbonizado cruje bajo mis dedos como el exoesqueleto de un insecto muerto. No hay tiempo para pensar. Solo una palabra salta en mi mente: distracción.

Forcejeo el núcleo energético. La batería parpadea. Se hincha. Se recalienta.

Lo arrojo.

El dron rueda por el suelo, dejando un rastro eléctrico como un relámpago atrapado en una jaula metálica. Justo cuando el metahumano avanza, el núcleo colapsa. El estruendo revienta el callejón. La onda de choque muerde el aire, escupe metralla y ceniza. El metahumano se tambalea, su silueta parpadea entre el humo denso.

No está muerto. Solo esta aturdido

Un par de segundos. Eso es todo lo que necesito.

Corro.

Corro hasta que la ciudad desaparece detrás de sombras como una estructura fantasma, corro hasta que el asfalto da paso a la nada.

a la oscuridad absoluta

donde te puedo ver...

Te veo, madre. Siempre te veo.

Incluso cuando la ciudad agoniza en su propia miseria, cuando la luz le ha sido negada al mundo y la inteligencia artificial duerme en un limbo digital, ahí estás. Un espectro iluminado por fragmentos de código suspendidos en la sombra, reflejados en la piel de tus brazos, en la curvatura de tu cuello.

Recuerdo el olor a incienso y metal quemado, la forma en que tu silueta se desdibujaba bajo el resplandor errático de las pantallas. Tus pupilas, las recuerdo dilatadas como dos oscuros portales a un multiverso fractal de datos y alucinaciones químicas, donde solo tu encontrabas respuestas.

“Los humanos solo saben dominar o ser dominados, Beatriz.”

Era tu mantra, la letanía de quien ha comprendido, demasiado tarde, que las estructuras de la historia humana no se reparan: solo se derrumban. Lo decías con esa calma inquebrantable que tanto admiro. Con la certeza de quien ha visto el núcleo podrido del sistema y ha renunciado a la ilusión de redención.

“La IA no es el enemigo,” decías, con esa voz de quien ya no distingue la vigilia del trance. “El enemigo es quien la programa, quien la alimenta con los caprichos de su ego.”

Yo no entendía. No del todo. Porque era más fácil culpar a la máquina y no en quienes la forjaron a imagen y semejanza de su propia crueldad. El mundo de mi padre que veía en ti una adicta, una desquiciada, una mujer demasiado peligrosa para existir.

“La libertad no es un destino, Beatriz. Es una decisión. Y la mayoría de las personas eligen encadenarse que decidir.”

Yo veía la persona que jamás me mintió. Caminabas descalza sobre los cables, dejando huellas etéreas en el polvo digital de tus archivos. Las luces de los monitores danzaban en tu piel como constelaciones inexploradas. Te recuerdo inclinándote hacia mí, con ese brillo febril en los ojos, susurrándome secretos como quien comparte la clave para desmantelar el universo.

“No necesitan barrotes, hija. Necesitan contarnos historias.”

Ahora lo sé. Lo sé con la infelicidad de quien llega tarde a la única verdad que importaba. Perdón por eso.

Te veo, madre. Y sé que fuiste más libre en tus delirios psicodélicos que ellos en su sobriedad insípida.

“Si algo me pasa, no intentes vengarme.”

Abro los ojos de golpe. Estoy en la periferia muy cerca al bosque energético.

El silencio es absoluto. Hemos escapado, pero a qué costo.

Necesitabamos refugio y no teníamos aliados seguros. Solo un enemigo omnipresente y un pasado que sigue persiguiéndome.

Cierro la terminal con un dolor opresivo en el pecho.

Mi madre está muerta.

Mi padre está con el enemigo.

Y yo… yo soy la persona más buscada del planeta.

Un sonido se filtra entre la brisa nocturna. Es un dron. O tal vez solo el viento.

No importa.

No hay tiempo para lamentaciones. Me pongo en marcha.

Escena 3

Recuerdos de Alma

Narrador : Guión audio-visual / Víctor.

VIDEO 1: FRAGMENTO DE UN RECUERDO PERDIDO

IMAGEN: FILTRO DIGITAL, LIGERAMENTE GRANULADO. SIMULACIÓN DE MEMORIA GRABADA EN FORMATO VISUAL ANTIGUOS.

(Pantalla en negro. Luego, un leve parpadeo. Un archivo se carga. Ruido estático. La imagen emerge con suavidad, como un eco de un pasado que nunca debería haberse roto.)

(Un parque elevado sobre la ciudad. Arquitectura cyberpunk entrelazada con estructuras naturales. Árboles de bioacero brillan con tonos azulados bajo la luz artificial del atardecer. A lo lejos, las torres de comunicación cortan el horizonte con neón intermitente.)

(RÍO EN OFF. Una niña, riendo. Cámara inestable, grabación casera. Su voz se filtra con la calidez deL recuerdo.)

BEATRIZ (5 años) (OFF):

¡Mamá, papá, miren! ¡Miren lo que puedo hacer!

(La imagen se mueve con un temblor natural, el reflejo de alguien sosteniendo la cámara. Beatriz, pequeña, sube a una estructura metálica del parque, estirando los brazos como si estuviera a punto de volar. La grabación hace zoom, capturando su expresión de júbilo.)

VÍCTOR (PADRE) (OFF):

¡Cuidado, soldado! No querrás romperte el brazo en tu primer día de cuartel.

(La imagen gira levemente. Alma, sentada en el suelo, descalza, con la cabeza recostada en el regazo de Víctor. Sonríe con una paz irreconocible. En su mano, una pequeña libreta con anotaciones a mano, sus dedos juegan con la tinta fresca.)

ALMA:

Déjala, Víctor. La guerra no está en todas partes

(Víctor suelta una risa breve, un reflejo de una época en la que podía reír con facilidad. Su brazo envuelve a Alma con un gesto protector. Ella lo deja hacer, entrelazando los dedos con los de él.)

BEATRIZ (OFF):

¿Mamá, crees que algún día podré volar?

(Alma levanta la mirada, observando el cielo púrpura sobre ellos. Suspira con suavidad, su expresión es un misterio entre el sueño y la resignación.)

ALMA:

Todo lo que existe alguna vez voló, pequeña. Hasta las estrellas cayeron antes de aprender a brillar.

(Víctor la observa con un gesto indescifrable. Beatriz salta desde la estructura y corre hacia sus padres, lanzándose sobre ellos con una risa cristalina. La cámara se mueve bruscamente. La imagen se desenfoca, se llena de luces distorsionadas, la risa de Beatriz se mezcla con el viento.)

(PANTALLA EN NEGRO.)

(Un nuevo archivo se carga.)

VIDEO 2: LA RUPTURA

IMAGEN: FILTRO FRÍO. DISTORSIÓN LEVE EN LAS SOMBRAS. INTERFERENCIAS SUAVES, COMO UN LATIDO SUBTERRÁNEO.

(La imagen se estabiliza. Un departamento pequeño. Paneles holográficos iluminan la sala con información gubernamental. La grabación parece clandestina, tomada desde una esquina oculta. Una cámara de seguridad hackeada, o un dispositivo olvidado entre las sombras.)

(En el centro, Alma y Víctor. La tensión en la habitación es tangible. Alma está descalza, con la ropa arrugada, el cabello enredado y los ojos dilatados rezagos de un viaje psicodélico que distorsiona su fisiología. Víctor, en cambio, está erguido, con la mandíbula trabada, aún con el uniforme militar puesto, las botas manchadas con el polvo de la ciudad. La rigidez de alguien que nunca aprendió a soltar el fusil, ni siquiera en su propio hogar.)

(A un lado, Beatriz, de seis años, acurrucada en la esquina del sofá, abrazando sus propias piernas. Sus ojos, enormes y aterrorizados, siguen cada movimiento de sus padres. La grabación la capta solo por un momento, pero su respiración temblorosa se filtra en el audio como un eco invisible.)

VÍCTOR:

(Apuntándola con un dedo, furioso.)

Esto no es un juego, Alma.

ALMA:

(Con una sonrisa ausente, arrastrando las palabras.)

Nunca lo fue.

(El sonido de la transmisión del gobierno interrumpe la discusión. En la pantalla holográfica, el logo del Gobierno Global brilla, acompañado de imágenes de los primeros Meta-humanos desplegados. Son grandes, perfectos, inhumanos. El texto en la parte inferior reza: “PROYECTO METAHUMANO: DEFENSA Y FUTURO.”)

(Alma suelta una carcajada seca, sin alegría. Se lleva las manos a la cabeza, despeinándose aún más.)

ALMA:

¿De verdad crees que esta es la respuesta? ¿Cyborgs? ¿Soldados sin voluntad? ¿Un ejército de cadáveres con inteligencia artificial?

VÍCTOR:

(Cruza los brazos. La mira con dureza.)

Creo en el orden. Creo en la supervivencia.

ALMA:

(Da un paso adelante. Ojos encendidos, respiración acelerada.)

No, Víctor. Crees en la obediencia.

(Silencio. Solo el zumbido de la pantalla iluminando la habitación. En la esquina del sofá, Beatriz se encoje más, hundiendo el rostro en sus rodillas. Víctor nota su presencia por un segundo, pero no baja la voz.)

ALMA:

Nos enseñaron a temer al caos, pero es precisamente eso lo que ellos no pueden controlar.

VÍCTOR:

(Dando un golpe sobre la mesa, perdiendo la paciencia.)

¡No me vengas con esas mierdas anarquistas!

(Beatriz solloza en la esquina. Su pequeño cuerpo tiembla. Alma la ve de reojo, pero no se inmuta. En su mente, está peleando por el futuro de su hija, aunque en este momento, la niña solo ve un mundo rompiéndose frente a ella.)

VÍCTOR:

(Señalándola con rabia.)

¡Eres una jodida drogadicta! ¿Crees que no me doy cuenta? ¿Que no huelo los malditos químicos en tu piel cada vez que entras a esta casa?

ALMA:

(Sonríe. Lejos de sentirse insultada, la sonrisa le da una expresión casi melancólica.)

Lo que me molesta, Víctor, no es que me llames drogadicta. Lo que me decepciona es que creas que por eso tienes la razón.

(Víctor aprieta los puños. Su expresión es de furia contenida. No golpea, pero su cuerpo entero es un gesto de violencia implícita. Su respiración es pesada. Beatriz lo ve de reojo, acurrucada en su rincón. Alma no retrocede, ni siquiera parpadea.)

ALMA:

Yo también fui como tú. Creí en la lógica del progreso. Creí en la estructura. Creí en los discursos que nos dieron. Pero luego entendí algo, Víctor…

(Se acerca. Su voz baja a un murmullo venenoso.)

ALMA:

El orden no es más que una excusa para perpetuar el poder.

(Víctor la mira, sin responder.)

(Silencio brutal. Beatriz solloza más fuerte. Alma le lanza una última mirada a su hija, y su expresión cambia. No es furia, ni desafío. Es tristeza. Tristeza por lo que su hija está presenciando, por el mundo que está a punto de heredar.)

VÍCTOR:

(Su voz tiembla por primera vez, pero se endurece de nuevo.)

¿Y qué propones tú, Alma? ¿Reventarlo todo? ¿Incendiar al gobierno solo porque no cumplió con tu utopía de drogas y desobediencia?

(Alma apaga el holograma del boletín con un gesto de la mano. El cuarto se oscurece un poco.)

ALMA:

No quiero que arda.

(Se detiene. Por un momento, su voz ya no es la de la revolucionaria, ni la de la mujer que desafía un sistema. Es solo una voz humana, cansada y sincera.)

ALMA:

Solo quiero que sea libre.

(Víctor cierra los ojos. Se lleva una mano al rostro. Su respiración es pesada. Sus hombros caen. La rigidez cede por un momento, solo un momento.)

VÍCTOR:

Alma…

(Levanta la mirada. Y por un instante, ni la guerra, ni los años, ni la jodida política existen. Solo quedan dos personas que alguna vez se amaron, extraviadas en futuros que ya no se cruzan.)

(Pero dura un instante. Un parpadeo.)

(Víctor aprieta los labios y da un paso atrás. Alma desvía la mirada. Se acabó.)

(Beatriz, aún en la esquina, se tapa los oídos, con los ojos cerrados, repitiendo en su mente una frase que su madre solía decirle: “El caos es lo que ellos no pueden controlar. El caos es lo que ellos no pueden controlar…”)

(El video se corta.)

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Me quedé ahí, mirando la pantalla negra, con la sensación de que algo dentro de mí también se había apagado.

Durante unos segundos, no supe qué hacer.

El resplandor de los hologramas había desaparecido, dejando solo el reflejo de mi propio rostro en la superficie opaca del monitor. No me reconocí de inmediato. No sé cuánto tiempo estuve así. El aire en la habitación era el mismo de siempre, sin impurezas, ni variaciones. Frío. Pero algo en mí estaba fuera de lugar. Un error en el sistema, una anomalía en la ecuación.

Alma.

Pronuncié su nombre en mi mente con el peso de una maldición.

No la había visto en años. No así.

Los archivos no mienten. No pueden mentir. Ese video es imposible. Yo no lo grabé. Y, sin embargo, era más real que todo lo que me rodeaba en ese instante.

El sistema no lo tenía registrado.

Entonces, ¿quién lo creó?

Mis dedos se deslizaron por la interfaz, intentando recuperar la secuencia de datos, pero no había rastro en la memoria del sistema. Ni un solo fragmento. Como si nunca hubiera estado ahí. Como si fuese una alucinación mia.

Pero lo vi. Y no solo lo vi. Lo recordé.

El calor de aquella discusión, los gritos que todavía resonaban en mi memoria, el temblor en la voz de Alma cuando todavía intentaba convencerme de que había otra forma de ver el mundo.

Por un momento, todo volvió.

El olor a metal y cables de nuestro viejo apartamento.

Las luces intermitentes del boletín gubernamental.

Las frases absurdas de Alma, siempre afiladas, siempre implacables.

Las noches en las que nos quedábamos en silencio después de discutir, con Beatriz durmiendo en su habitación, demasiado pequeña para entender lo que estaba ocurriendo.

Mi amor por ella era más fuerte que la lealtad al sistema.

Aun así la perdí.

Por principios.

Por ideologías baratas.

Sobre todo por miedo.

Inspiré profundamente.

La pantalla en negro seguía frente a mí. El único indicio de que todo aquello había sido real era mi propia respiración irregular, mis latidos acelerados en mis sienes.

No me moví.

No podía.

Y entonces, la pantalla parpadeó una vez más.

Apareció un nuevo mensaje.

Frío.

Directo.

Sin remitente:

“Aún estoy aquí”